Weah culmina la fusión entre fútbol y política con la presidencia de Liberia
El exjugador se ha convertido en un político destacado y líder para su pueblo.
La proclamación de George Weah como presidente de Liberia representa la máxima fusión entre fútbol y política, ya que por primera vez un exjugador que ganó el Balón de Oro, en su caso en 1995, se convierte en jefe del Estado de un país.
La historia ya incluye que catorce años después de su retirada y tras dos intentos frustrados (2005 y 2011), Weah consumó hace horas su victoria en las presidenciales de Liberia, con el 61,5 por ciento de los votos obtenidos en la segunda vuelta al frente de su partido, el Congreso para el Cambio Democrático (CCD).
El liberiano, destacado especialmente durante su etapa en el Milán en la década de los noventa y considerado el mejor jugador africano del siglo XX para la FIFA, ha dado un paso más de los que protagonizaron otros exjugadores como los brasileños Pelé y Zico que llegaron a ser ministros de deportes de su país.
Pero hasta la fecha, y al margen del actual presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que jugó en el club Kasimpasa y estuvo próximo a fichar por el Fenerbahce antes de entrar en política, ningún jugador con la trayectoria de Weah había llegado tan lejos.
La máxima expresión de la relación entre exfutbolistas y política se quedaba en esos nombramientos como ministros de deportes, asesores de éstos, alcaldes, concejales y diputados o senadores.
Entre los regidores, uno de los más recientes es otro exmilanista, el georgiano Kakha Kaladze. En octubre de este año Kaladze ganó las elecciones municipales y se convirtió en alcalde de Tiflis, como cabeza del partido Sueño Georgiano-Georgia Democrática. Logró el 51,3% de los votos, ventaja que hizo innecesaria una segunda vuelta.
También ejerce de alcalde el mexicano Cuauhtémoc Blanco, referente de la selección de su país y mundialista en Francia 1998, Corea-Japón 2002 y Sudáfrica 2010, aunque desde esta semana pesa contra él una orden de inhabilitación judicial por incumplimiento de pago, después de que su consistorio se declarara insolvente para afrontar una deuda.
Nombres propios por su huella de oro en el fútbol, Edson Arantes do Nascimento 'Pelé' y Arthur Antunes Coimbra 'Zico', también ganaron su propio espacio en la política de Brasil, como ministros de deportes.
Zico ostentó el cargo en los primeros años de Gobierno del presidente Fernando Collor de Mello (1990-1992) y Pelé fue ministro extraordinario de Deportes entre 1995 y 1998.
Igualmente en Brasil, años más tarde, Romario fue elegido senador de Río de Janeiro y Bebeto entró en la Asamblea Legislativa.
El camerunés Roger Milla, figura del fútbol de su país hasta la irrupción de Samuel Eto'o y con los mundiales de 1982, 1990 y 1994 en su currículum, fue otro de los que probó suerte en política. Llegó a ocupar cargos en el ministerio de deportes de su país, después de asumir la dirección administrativa de su selección.
El italiano Gianni Rivera, considerado entre los cien mejores de la historia del fútbol, es diputado del Parlamento Europeo; el ucraniano Oleg Blokhin, Balón de Oro en 1975, fue diputado en el parlamento de su país en dos etapas previas a su carrera como técnico y el belga Marc Wilmot fue elegido senador en el año 2003, puesto para el que también fue elegido el polaco Grzegorz Lato.
Los coqueteos "frustrados" con la política los protagonizaron otros dos inolvidables del fútbol. El francés Eric Cantona, quien desde una ONG intentó sin éxito formar parte de un partido político, y el ucraniano Andrei Shevchenko, actual seleccionador de su país y candidato en las elecciones parlamentarias de 2012.
EFE